La pregunta de si un vino debe guardarse es algo que siempre intriga a los consumidores de esta bebida. Los vinos son mejores cuánto más viejos, ¿o no? ¿Qué vinos vale la pena conservar? ¿Los tintos tienen más aguante que los blancos?
Existe una frase muy conocida que relaciona la calidad del vino con su edad. Se aplica a personas que se mantienen con buen aspecto: “Alberto, como el buen vino, ha mejorado con el tiempo”.
Durante siglos, y hasta hace unos años, se creía que un buen vino era aquel que se añejaba y, por lo contrario, los vinos jóvenes eran de menor calidad y menos apreciados. Actualmente la enología ha avanzado muchísimo y ahora esta premisa ha quedado obsoleta.
Ahora sabemos que cada caso requiere un análisis propio ya que todo vino está vivo y tiene un ciclo de vida concreto. En su primera fase, su mejoría crece de forma exponencial. En la segunda fase llega la estabilidad, momento óptimo de consumo y, finalmente, empieza el declive: donde el vino empezará a perder cualidades.
En función del tipo de vino, el ciclo durará más o menos años, pero por norma general podemos establecer los siguientes criterios a la hora de guardar un vino antes de perder su esplendor:
- Vino joven: máximo 2 años
- Crianza: máximo 6 años
- Reserva: máximo 10 años
- Gran Reserva: Máximo 15 años
Aunque el comportamiento de un vino no es una fórmula matemática, en general, unos niveles altos de alcohol, acidez total y polifenoles son sinónimo de longevidad.
Si hablamos de vinos blancos, actualmente está aceptada la premisa que deben beberse jóvenes, pero esto no quiere decir que no existan excepciones, que las hay. Un claro ejemplo es el Chablís francés (Chardonnay para nosotros) o algunos Riesling del Rhin, que pueden llegar a conservarse más de 25 años en perfecto estado.
Si habéis conservado vuestro vino muchos años sin ningún criterio, lamento deciros que el resultado final ahora será toda una sorpresa: puede estar bien, pero lo más probable es que esté pasado, desmejorado o avinagrado. Y vuestro pequeño tesoro se habrá convertido en unas pocas botellas sin ningún tipo de valor.
Como siempre decimos, lo mejor es preguntar a los especialistas para no equivocarnos y poder disfrutar de cada vino en su momento de máxima esplendor.
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