Claves para diferenciar los vinos blancos – Invinic - Luxury Wines
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Claves para diferenciar los vinos blancos
Todo vino se diferencia por la cata que hagamos de ellos. En los vinos blancos, empezaremos por el color, mirando el producto nos daremos cuenta de que los jóvenes tienen un color más pálido con reflejos verdosos. A medida que el vino tiene un envejecimiento, este color irá subiendo de tonalidad hasta llegar a vinos dorados. La formación o no de lágrima en las paredes de la copa nos indicará si proviene de una zona más cálida o más fría y por lo tanto el grado de alcohol. Un vino del Priorat tendrá más lágrima y la caída de esta será más lenta que la lágrima que pueda formar un Chablis. Siguiendo con la cata, oleremos el vino, primero sin mover la copa para detectar la intensidad y luego moviendo para notar más aromas. Los blancos más jóvenes nos dejan aromas más frutales y florales: tropicales en la Verdejo, más vegetales en la Xarel·lo o a espárrago en el Sauvignon Blanc. Si un vino tiene crianza tal vez notemos los aromas a pan tostado, mantequilla y bollería o fondos ahumados. En boca, las diferencias se notan en el paso del vino. Los jóvenes más frescos tendrán un paso más rápido por boca, manteniendo una acidez más marcada que un vino más viejo. En los vinos blancos con crianza, notaremos un paso por boca más lleno, cierto volumen, una textura más sólida y una acidez que no nos resultará marcada. Esto no significa que carezcan de acidez sino el equilibrio con los otros componentes de la crianza, como la madera o la grasa del vino, hacen que pase desapercibida. Finalmente en el postgusto, los vinos jóvenes serán crujientes; pidiendo un trago más mientras que los vinos más estructurados nos darán una sensación de tranquilidad y reflexión para la complejidad del último sorbo.

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