- Gazpacho: esta crema a base de hortalizas es el plato perfecto para aliviar las altas temperaturas en julio y agosto. Su alto contenido en vinagre nos pone las cosas difíciles a la hora de elegir el vino adecuado. Un blanco joven, de carácter afrutado y ligero en boca, es la opción más idónea para el plato estrella español. No olvides servirlo bien frío, entre 2 y 6 grados.
- Paella: sin importar los ingredientes que aderecen el arroz, no hay mejor vino que un rosado para refrescar y limpiar en boca la grasa que suele tener este plato. Al igual que en caso anterior, mantenlo a la temperatura adecuada para poder degustar todos sus matices.
- Ensalada: fáciles y rápidas de elaborar para comer en cualquier lugar. Cada cocinero tiene su propia receta e incluye todo tipo de ingredientes. Por su gran variedad de componentes y, una vez más, con el vinagre como acompañante, elegimos de nuevo un vino blanco joven como el Enate Chardonay 234 2013.
- Carne mechada: las proteínas de este plato nos proporcionan la energía necesaria para disfrutar de un largo día en el campo. En esta ocasión, hemos elegido un vino tinto joven con crianza que, aunque no se sirve tan fresco como los anteriores, es perfecto para disfrutar de la comida a la sombra de un buen árbol.
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